domingo, 9 de septiembre de 2007

Dos de las muy buenas

No soy jurado (por suerte para el Festival, me dijo alguien anoche). Pero si tuviese que votar para elegir los mejores largos del FESAALP, sin duda creo que ayer, ante más de 120 personas en el Auditorio del Islas Malvinas, tuve la posibilidad de ver los dos mejores en los géneros en Competencia (Documental y Ficción): “Cine Negro” de Mariana Wegner sobre la vida de Roberto Fontanarrosa y “36 Pasos” de Adrián García Bogliano. Si yo fuese jurado, perdón por la parcialidad (pero el cine es una de las artes más subjetivas) elegiría a estas dos películas. Cada una en el género, desarrollaron una calidad suprema, desde la narrativa y la imagen. Por eso creo que ayer sábado el Festival encontró su punto máximo de expresión cinematográfica.
Cine Negro es un exquisito documental basado en la vida de Fontanarrosa. Sin golpes bajos (un acierto de la directora), recreando momentos de la infancia del artista, entrevistando a los viejos amigos de la primaria y con apariciones actorales de Roberto Gasalla o Norma Pons. Luego, la vida pública del Negro: sus primeros trabajos gráficos (Boggie el aceitoso) y los comienzos en el humor político. Hacia el final, la etapa más conocida del rosarino: Inodoro Pereyra, su fanatismo por Rosario Central. Por último, Fontanarrosa persona, el discurso en el Congreso de la Lengua en Colombia y en la distinción del Gobierno Nacional, cuando ya su enfermedad era pública y conocida.
Un acierto el de la directora. Un gran documental, divertido, informativo, hecho desde el corazón, pero con calidad. De lo visto hasta ahora, lo mejor. Lo que ya es mucho decir teniendo en cuenta el alto nivel de las producciones que se presentaron este año.
36 Pasos es una película de género, pero de género con mayúsculas. Una producción platense que mezcla el terror y suspenso atravesado por la comedia y el absurdo. Una historia, personajes femeninos en una quinta con pileta y mucho parque. Sangre, mucha y efectos visuales de alta categoría.
García Bogliano, que había incursionado en el campo del terror con Habitaciones para turistas (2004) vuelve a sorprender con un largometraje diferente.
Si al sonido y la imagen del auditorio donde se proyectó, le sumamos la oscuridad y el momento de la noche en que finalizó, podemos darnos por satisfechos de haber asistido a una gran película de género. Un acierto de los programadores y un lujo para los espectadores de poder disfrutar este tipo de film en la ciudad de La Plata.

El jurado definirá. Esta noche se devela el veredicto. Yo ya tengo mi postura tomada.
Juan M. Quintanilla.

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